El afeitado comienza desenfundando la maquinilla con una correa. Después de haberte cubierto generosamente la cara con crema o aceite de afeitar, agarra la navaja de modo que el mango abierto apunte en dirección contraria a ti. Con la mano libre, estira la piel de la cara para formar una superficie lo más recta posible. Coloca la cuchilla en un ángulo de unos 30° y raspa suavemente la barba. Primero con la línea, luego transversalmente y, por último, en dirección contraria a la del crecimiento.
Atención
La mayoría de las maquinillas de afeitar son de acero al carbono. Para evitar que se manchen, aclara la maquinilla con agua templada después del afeitado. A continuación, sécala con un paño sin tocar el filo y guárdala abierta en un lugar seco. Deja pasar al menos 48 horas entre dos usos para que el filo tensionado pueda enderezarse de nuevo por sí solo. Si no va a utilizar el cuchillo durante un periodo de tiempo prolongado, úntelo con un aceite de mantenimiento sin ácido. Encontrará más información aquí.
